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Frente Para la Ciudad Futura, de Rosario

"Hace falta audacia política y poner el cuerpo"

El 16 de marzo pasado fue el acto de lanzamiento del Frente para la Ciudad Futura en Rosario, provincia de Santa Fe, donde confluyen el movimiento Giros y el Movimiento 26 de junio, del Frente Popular Darío Santillán (FPDS). Conversamos con los referentes Juan Monteverde (Giros) y Pedro Pitu Salinas (M-26) para conocer el proyecto del nuevo frente electoral.

-¿Cómo se generó esta confluencia política entre las dos organizaciones?

-Juan Monteverde (JM): Es la coronación de un proceso que venimos teniendo con los compañeros del M-26, sobre todo después del triple crimen de Moreno [Se refiere al asesinato de los militantes Jeremías Trasante, Claudio Mono Suárez y Adrián Patom Rodríguez el 1 de enero de 2012]. En ese ida y vuelta, veníamos conversando la idea de la participación electoral desde hace años y armamos el Partido para la Ciudad Futura, como una forma de generar un nuevo instrumento político, de cómo hacer un proceso político de construcción más allá del resultado puntual. Por la situación que vive la ciudad: por un lado donde existe una crisis muy fuerte de violencia urbana en general y en particular en los territorios de la periferia; y por el otro el panorama político donde el socialismo viene hegemonizando desde hace tantos años cualquier tipo de práctica y aparece el PRO como alternativa a eso y no otras fuerzas "progresistas"; fue que decidimos ampliar la participación y el único actor que aparecía era el M-26, que garantizaba la hegemonía territorial de este proceso que iniciamos. A la hora de abordar lo electoral, había muchos puntos de acuerdo. Se dio un proceso natural en el cual la única explicación que encontramos fue que ambos somos movimientos territoriales: cuando uno construye desde ese lugar, labura con una lógica de construcción política con un lenguaje en común que posibilita este tipo de síntesis.

-Pedro Salinas (PS): Nosotros veníamos dando muy fuertemente este debate en términos locales. A partir de lo que sucedió en Moreno, fuimos conscientes de que nuestra lucha y nuestra referencia cobró una visibilidad bastante significativa. Cada vez que dábamos el debate sobre lo electoral, pensábamos en lo que conformamos hoy: el Frente para la Ciudad Futura expresa lógicas de construcción similares, un lenguaje común y compartido, y también la lucha y la construcción cotidiana, donde supimos poner en la escena pública dos problemáticas estructurales que cunden en la ciudad pero también en la provincia y el país: la tenencia de la tierra, el déficit habitacional, que los compañeros de Giros vienen expresando hace muchísimos años; y por otro lado la juventud que habita los barrios populares y los nichos de complicidad que enraiza el narcotráfico, y lo que nosotros llamamos "tanta muerte y tanto anonimato" relacionado a las cientos de muertes de pibes que hubo en los barrios (y de las cuales sólo tuvo visibilidad el triple crimen).

-¿Cómo se dirimió el tema de la participación electoral hacia adentro de los movimientos?

-PS: Si este Frente sintetiza algo tiene que ver por un lado con que esta historia previa de los movimientos representa lo más esperanzador y estimulante de diciembre de 2001, hay una identidad ahí en ese acontecimiento histórico que nos dio la posibilidad de pensar la política de otra manera; y a su vez intentamos recoger el guante de las limitaciones de esa experiencia histórica: se logró algo pero no se pudo avanzar en generar un proyecto tan siquiera de ciudad desde una nueva política de izquierda.

-JM: Nunca cerramos la opción de lo electoral, pero nunca se discutió como una cuestión central sino como un frente más de lucha. Cuando definimos armar el partido no le pusimos "Partido Giros", porque la idea es que el movimiento continúe y se profundice: hubiera sido un error fundir las identidades y las construcciones del movimiento en un partido político. Y esto lo tomamos como un lugar más donde poder masificar esas prácticas que ya venimos construyendo, que son prácticas políticas distintas pero que además fuimos generando en otros sectores cierta adhesión a representatividad, por la particularidad que tuvieron las luchas de los movimientos que fueron visibles, siempre intentamos que no fueran cuestiones meramente reivindicativas sino que se fueron tirando puentes con distintos sectores de la sociedad. Y un desafío grande es llevar la idea de prefiguración al partido político. Nosotros no estamos prometiendo la sociedad socialista y el mañana mejor a cambio de un voto, sino que estamos diciendo que cada vez que impugnamos un aspecto del sistema tenemos una propuesta prefigurativa que estamos desarrollando hoy en los territorios: criticamos el sistema educativo en la periferia de la ciudad pero tenemos bachilleratos populares; cuando hablamos de la crisis de violencia y la complicidad del narcotráfico que hay en el territorio, los compañeros del M-26 les están poniendo el cuerpo y se ven los resultados; cuando decimos que el modelo de ciudad nos expulsa y que hay que generar una alternativa, gracias a la lucha que dimos desde el Movimiento Giros, logramos que por una ordenanza Rosario sea la primera ciudad en prohibir los barrios privados y además estamos mostrando que la periferia de la ciudad no sólo tiene que ser de barrios privados o asentamientos irregulares, sino que puede producir (en nuestro caso con el tambo y con la cadena de lácteos), construyendo otro tipo de viviendas... Hace falta audacia política y ponerle el cuerpo a las iniciativas.

(La nota completa en Revista Sudestada Nº 118 - mayo 2013)

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Autor

Nadia Fink